A pesar de ser una pregunta que a primera vista pueda parecer un poco simple y de fácil respuesta, vale la pena preguntarnos si realmente sabemos cómo vivir en el presente a partir de diferentes datos sobre la salud mental.
Se estima que desde el año 2020, en España, un 6,4% de la población ha buscado ayuda profesional en el ámbito de la salud mental, en donde, según el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), el 43,7% de las personas ha acudido por presentar síntomas de ansiedad y un 35,5% por presentar síntomas de depresión. Desde el ámbito de la Psicología se entiende, de manera general, que la ansiedad que caracteriza por una preocupación constante por el futuro, por situaciones que no han ocurrido; así como también, a modo general, se entiende que la depresión se caracteriza por una especie de estancamiento en elementos del pasado, una dificultad para dejar atrás situaciones con una gran carga emocional: p. ej., ser víctima de un acto violento, traumas de la infancia o acoso sexual.
Por lo tanto, podemos decir que una gran parte de los problemas en el ámbito de la salud mental se asocian con elementos del futuro y del pasado, nos preocupamos por cosas que ya han sucedido o esperando cosas que van a suceder, pero perdemos de vista la necesidad de vivir el momento presente, y es por ello que actualmente tiene una importancia fundamental preguntarnos si realmente sabemos cómo vivir en el presente.
El presente como un problema a lo largo de la historia
Desde la concepción poética de Horacio y su famosa frase “carpe diem, quam minimum credula postero” (abraza el día y confía mínimamente en el futuro), en donde nos invita a aprovechar y disfrutar de las oportunidades que el presente nos ofrece ya que mañana puede que no existan; hasta concepciones estoicas, como la de Séneca cuando nos dice: “La verdadera felicidad es disfrutar el presente sin depender ansiosamente del futuro, no para divertirnos, ya sea con esperanzas o temores, si no para descansar satisfechos con lo que tenemos, lo cual es suficiente”; así como también concepciones más modernas provenientes del budismo, en donde personajes como el Dalai Lama nos dice: “Sólo existen dos días en el año que no se puede hacer nada. Uno se llama ayer y otro mañana. Por lo tanto, hoy es el día ideal para amar, crecer, hacer y principalmente vivir”. Podemos observar que la preocupación por vivir el presente siempre ha estado presente a lo largo de la historia, expresándose de distintos modos. En la actualidad también se están desarrollado diferentes prácticas para enfocarnos en el presente.
¿Cómo vivir el presente en la actualidad?
Desde hace un tiempo se ha ido incorporando a diferentes modelos de psicoterapia la técnica del Mindfulness, la cual surge de diferentes corrientes de meditación y se caracteriza por la focalización de la conciencia en el momento presente.
Es una forma de atención de las experiencias internas, del contenido de la mente, buscando reconocerlas y aceptarlas. Dando importancia al aquí y al ahora, sin dejar de lado el pasado y el futuro.
Existen diversas técnicas para aprender a relajarse. El Mindfulness se caracteriza por diferentes elementos que permiten dirigir nuestra mente a focalizar mejor el presente:
- Focaliza tu atención en el presente.
- Mantente abierto a nuevas experiencias.
- Acepta las cosas como se te presentan.
- No te aferres a las cosas.
- Procuras ser consciente de lo que haces.
El Mindfulness y su utilidad
En los últimos años se han realizado diferentes investigaciones sobre la utilidad de la técnica del Mindfulness y se ha podido observar que su aplicación en el ámbito clínico tiene ciertos beneficios en diferentes problemas asociados a la salud mental, llegando a ser un tratamiento eficaz y de elección en algunas patologías. Algunas de las aplicaciones clínicas del Mindfulness son:
- Depresión.
- Estrés.
- Ansiedad.
- Somatización.
- Ataques de pánico.
- Dolor.
- Adicciones.
- Problemas de conducta alimentaria.
- Insomnio.
- Afectaciones médicas (hipertensión arterial, fibromialgia, etc.).
Además el Mindfulness se emplea para gestionar el afrontamiento en las diferentes fases del duelo.
Cada día existe mayor evidencia científica sobre la necesidad y los beneficios de saber vivir en el presente, por lo que es completamente necesario entrenar nuestra mente para focalizar el aquí y el ahora, sin preocuparnos por lo que ya ha pasado ni anticiparnos a lo que todavía no ha ocurrido.
Hay que tener en cuenta que a lo largo de la vida van a presentarse muchas situaciones sobre las cuales no vamos a tener control. Es necesario saber aceptar dicha realidad y las emociones asociadas a esa realidad, sin necesidad de obsesionarnos con lo que estas emociones produzcan en nosotros.
Estas emociones son pasajeras pero la interpretación que hagamos sobre ellas se mantiene en nosotros. Es allí donde podemos sacar el mayor provecho del presente y generar un mayor bienestar en nuestra salud mental.
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